NO HAY LUGAR PARA LOS
PERDEDORES
Hebreo 3:15-19
Rev. Demetrio
Castillo Jaimes
Dicen que las águilas cuando llegan el
tiempo de que los polluelos alcen vuelos, los lleva en su lomo y sube al cielo alto y desde allí los dejan caer. Al que aletea para sobrevivir,
los cría, pero el que cae sin aletear, deja que se muera. En la naturaleza, el fuerte sobrevive y el débil se
convierte alimento para el fuerte. Asimismo en la supervivencia de la vida del
hombre. Conforme a la historia, el pueblo fuerte gobernaba al pueblo débil y
los saqueaba. Esto nos enseña que no hay lugar para los perdedores.
1. El perdedor en la vida
La vida es una lucha por supervivencia y el que se queda atrás,
con mucha facilidad será olvidado. Porque el que se aparta del camino de la
vida, será menospreciado y comúnmente será olvidado.
De modo que no debemos nunca ocupar el lugar del perdedor. Debemos ganar
la batalla de la carrera en la vida y estar siempre en el grupo de los
primeros. (Ejemplo de los alumnos de la selva donde el más fuerte sobrevive y
el débil muere y se extingue)
2. El fracaso comienza desde el
corazón
¿Nos preguntamos de dónde comenzará el fracaso? Nadie nace
fracasado. Tampoco nace como si nunca fracasará.
Lo cierto es que el fracaso de la vida comienza desde el corazón. No
fracasamos por la circunstancia ni por el destino. El fracaso comienza desde el
corazón.
Ejemplo: los doce espías y el pueblo de Israel en Cades Barnea (Núm.
13:31-32) después de 40 días y 40 noches… perdieron el sueño, pero de dónde
comenzó el fracaso. El fracaso comenzó
desde el corazón de ellos. Los que están ya con el pensamiento
frustrado, a donde quiera que vayan fracasarán. ¿Había mentido Dios? No, la
tierra que fluye leche y miel significa
sueño. El sueño no es real.
Pero los que aceptan el sueño, experimentará que el sueño tiene poder para cambiar la realidad. Es pues, la
fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. De manera que no debemos confundirnos con el
sueño y la realidad. Aunque la realidad sea muy dura, si tiene sueño el sueño cambiará la realidad. Sin embargo, ellos
ya tenían la mente llena de pensamientos negativos; así podemos decir que
el fracaso comenzó desde el pensamiento. Si piensa yo no puedo, es imposible,
estoy acabado, soy un fracasado, esa persona ciertamente fracasará. Porque dice
la Escritura “Sobre toda cosa guardada, guarda tú corazón porque de él mana la vida” Si el corazón rebosa de agua
amarga, no podrá alcanzar la victoria. Si el pensamiento es negativo, el
fracaso es un hecho consumado. Escuche con atención las palabras que pronuncian
las personas y si habla palabras negativas continuamente, esa persona no podrá
triunfar en la vida.
Los que piensan negativamente, están como si estuvieran muertos. Así, Dios devolvió a éste pueblo al
desierto y los dejó que se murieran.
El sicólogo Samuel Smail dijo “el pensamiento da ha lugar las
costumbres y las costumbres la personalidad y la personalidad determina el
destino de esa persona”. En otra palabra el destino de la persona comienza del
pensamiento.
Joven alpinista “Poison” (ing. = Peligro; Francés: = Prohibido
pescar…)
El pensamiento del hombre
causa mucha influencia no sólo al cuerpo físico sino también al destino y al
medio ambiente. De manera que si pensamos negativamente sea cual sea la
situación, así se hará conforme al pensamiento. Si envía a un soldado negativo
en la primera línea de la batalla, él ciertamente perderá la guerra. El hombre
que ya tiene el autorretrato negativo y frustrado no podrá alcanzar la
victoria.
Israel ya tenía el
autorretrato frustrado antes de entrar a Canaán. Tenían el autorretrato
de langosta.
Antes de pelear ya se consideraban perdedores. Se decían yo no puedo, es imposible, no tengo poder, no
tengo preparación académica.
Una vez que el hombre piensa que no puede hacer nada, no habrá más desarrollo para él. En otra palabra
no querrá continuar creciendo.
La Pulga Australiana…
Así comienza formar el autorretrato. Así también los padres al educar a los hijos si
continuamente les dice “eres un tonto, tú no puedes hacer nada”
Una persona con autorretrato negativo es como un barco que se
halla en pique. Imposible de rescatarlo.
En Deuteronomio 7:21 dice “No desmayes delante de ellos, porque
Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible”.
Ellos en lugar de mirar a Dios que habitaba en medio de ellos,
miraron el medio ambiente. La fe que no mira a Dios no es fe.
La fe está sujeta a nuestra selección. Vean a Jairo. El Señor dijo a Jairo “No temas, cree solamente” Que
no escogiera el temor sino la fe. Aquí muy claramente nos indica que la fe no
es sentimiento, no está sujeto a los sentidos.
En Deuteronomio 11:25 dice” Nadie se sostendrá delante de vosotros;
miedo y temor de vosotros pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que pisareis, como él os ha dicho”. Si Dios
les habla de ésta manera, por qué dejándole sigue al hombre y a la
carne.
En Número 14:11 dice “y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me
creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”. No creer
en Dios significa que le menosprecia. Eso es humillar a Dios. La Biblia dice “He aquí yo estoy con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo” Aquí en este lugar está Dios.
Que la sangre preciosa del Señor nos cubra. La palabra pronunciada tiene poder. Pues, la muerte y la
vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. En
Proverbios 18:21 dice “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el
que la ama comerá de sus frutos”.
La gente hablan a menudo la palabra me
muero, y esto aumenta el índice de mortantad. Decimos me muero de frío, me muero de calor, me muero de hambre, me muero
porque estoy empachado, me muero de tristeza, me muero de gozo.
Todo está relacionado con la muerte. La palabra pronunciada es la semilla y ésto determina nuestro destino.
El Señor está muy interesado en la palabra que nosotros pronunciamos.
Cuando Jesús llegó a la región de Tiros y de Sidón, una mujer de sirofenicia se le presentó y dijo
“señor, mi hija es gravemente atormentada por un demonio”. Pero qué le
dijo el Señor “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.
Antes de los hechos de la cruz, no había llegado
el tiempo para los gentiles y volvió a decirle “No está bien tomar el
pan de los hijos y echarlo a los perrillos” pero ella no desistió y le contestó
“Sí, Señor, pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de
sus amos”. Escuchando la confesión de la mujer, el Señor le contestó “Oh mujer,
grande es tu fe, hágase contigo como
quieres” Y la hija fue sanada desde aquella hora. La entrada y la salida del
demonio estaban en la confesión de la madre. La confesión de que aun los
perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos, Jesús fue
grandemente conmovido y le hizo conforme al deseo
de la mujer. Esto es una muestra de cuán importante es la confesión de
la boca.
3. ¿Por qué nosotros no podemos
perder?
En I Pedro 2:9 dice “mas vosotros sois linaje escogido… Dios nos
ama, si dice que nos escogió, quiere decir que nos ama inmensamente.
En Efesios 1:4-5 … en amor nos
escogió y conforme a su voluntad nos escogió para que seamos hijos de
Dios. Porque nos ama y se alegra de nosotros nos escogió, si nos odiara no nos hubiera
escogido. Por tanto debemos tener certeza del amor de Dios. No nos formó para que seamos esclavos. Dios nos exaltó
sobremanera.
En Génesis 1:26 dice que Creó a Adán y a Eva para que señoree y
gobierne sobre la tierra, y no los creó como esclavo. Los que creen en el Señor
fueron creados para señorear, para señorear el pecado, las circunstancias, las enfermedades,
la maldición, la pobreza y hasta la muerte.
En San Luca 10:19 dice Tenemos la potestad de gobernar; no piense diciendo “cómo una persona tan inepta como
yo podría ser formado así” Puesto en las manos de Dios ustedes son reyes.
No podrá ser rey por sí mismo, sino por medio de Dios brillará como un rey.
Un famoso escultor Miguel Ángel un día halló un pedazo de mármol abandonado en la calle. Al siervo le dijo
“llévalo a mi estudio y desataré el ángel atrapado en aquel mármol” Y comenzó
a esculpir y esculpió un ángel muy hermoso. Un pedazo de mármol abandonado, en
las manos de Miguel Ángel, volvió a nacer como un ángel. Otra vez tomó mármol
que un amigo suyo abandonó y formó de ella
la famosa escultura de
David. Aunque sea un mármol insignificante en las manos de un
maestro se convierte en la más valerosa y hermosa escultura. Jesús es maestro
entre maestro y el mayor escultor, si
estamos en las manos del Señor sea cual sea la persona, él lo formará en un rey
hermoso y victorioso. Así nos dice tú eres rey en Jesús, yo te formé
para que señoree, pero ¿por qué piensas negativamente?. Acepte la palabra de Dios
y junto al Señor señoree el destino y las circunstancias.
En Número 6:27 dice “Y pondrán mi nombre
sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”.
Si el sacerdote bendice, recibirá la bendición. Si ustedes bendicen a su hogar, Dios derramará bendición
sobre ella; si bendice al prójimo, bendecirá al prójimo. Si bendice al país
y al pueblo, Dios los bendecirá. Porque Dios los escogió a ustedes como reyes y
sacerdotes. Son personas especialmente cercanas a Dios. Dios es la herencia
suya, y ustedes tienen la autoridad de bendición.
En Apocalipsis 1:6 dice “y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén”.
En Éxodo 19:5-6 dice también “Ahora, pues, si dais oído a mi voz y
guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra.
Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa". Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel”.
En especial dice la Escritura que somos pueblo adquirido por Dios. El dueño guarda y cuida de su posesión.
Cuánto más siendo nosotros su pueblo adquirido. Si usted tiene una casa
propia, lo guardaría, lo cuidaría y lo mantendría limpio. Así como guarda su
arrozal y campo, ustedes son pueblo adquirido por Dios.
En Isaías 43:1 dice “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas,
porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”.
A ustedes dice Dios que son pueblo suyo. Que pertenece a Dios;
cuán maravilloso es ser pueblo de Dios. ¿Quién podría arrebatar de la mano la
posesión de Dios? “Mi Padre que me las dio,
es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”
En Salmos 121:7 dice “Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma”.
Si Dios nos guarda, dice que el mal no nos podrá tocar.
Dios nos compró por medio de la sangre preciosa de Jesús y nos
señaló como heredero del reino de Dios. Dios tiene preparado para nosotros el reino de Dios, si ésto es el plan de
Dios, él nos guardará.
En Titos 3:7 dice “para que justificados por su gracia, viniésemos
a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”.
Oración