Lección 1.- Ungiendo
con Colirio Espiritual
(Salmos 133:
1-3)
1.
"Mirad"
significa “miren acá, esto es un principio”. como cuando Jesús iba a dar un
principio del reino, Él decía; "¡he aquí!"; esta exclamación señalaba
un principio.
2.
"Cuán
bueno", se está refiriendo a los hermanos, al Reino, y al mundo. tiene
4 significados básicos
a.
"es moralmente correcto que esto
suceda". Cuando la gente en una iglesia local, que tienen pactos unos con
otros, no están en una vida de unidad, es moralmente incorrecto. La gente está
perdida, debieran ser capaces de encontrar a Dios o recibir de Dios, pero no
están encontrando a Dios o recibiendo de Dios, simplemente por esta desunión que
impide a Dios enviar Su vida; ejemplo la Iglesia de Corinto… a ellos no les
faltaba ningún don, hablaban en lenguas, pero tenían sida espiritual porque
ellos estaban divididos, esto es como un corte en la piel; es ahí donde la
carne se abre y los gérmenes y los parásitos pueden entrar y empezar a destruir.
La división es lo mismo en el cuerpo de Cristo: cuando existe esta
división, entonces los demonios pueden atacar y tomar ventaja de cuerpo en ese
punto.
b.
"es excelente intelectualmente habitar
juntos en armonía". Lo contrario, por supuesto, es necedad; es necio no
habitar juntos en armonía. Cuando todos hacen lo que es correcto de acuerdo a
sus ojos, es anarquía. La unidad es unirte a lo que Dios está haciendo; no
critiques. Algo debe suceder a las personas salvas para que el aceite empiece a
fluir, para que esa vida pueda realmente empezar a fluir, ministrar y sanar, y
hacer todo lo necesario.
c.
"es psicológicamente saludable"; esta
palabra en hebreo es "towb". Cuando es día de culto uno se siente inquieto,
incómodo emocionalmente, porque sabemos que, al llegar a la iglesia, seremos
inundados de la paz y de la presencia de Dios. Y Ahí es donde obtenemos las
fuerzas para volver a enfrentar toda necesidad y adversidad de la vida social y
familiar.
d.
"es beneficioso económicamente" La
unidad hace a la familia legal en el reino de Dios por el poder del Espíritu en
él, y el diablo conoce esto, entonces su mayor esfuerzo es destruir la unidad
del cuerpo; siempre está obrando con este fin, causando que uno se moleste con
el otro, murmurando y quejándose. Causa que alguien siempre esté molesto con lo
que está sucediendo, hablando mal en vez de traerlo a Dios en oración.
3.
"Y cuán delicioso es" es "naiym", que significa
"deleitoso o placentero”. Pero cuán incómodo es cuando todos están
haciendo lo suyo, y están ignorando al hombre que Dios ha puesto sobre esa
iglesia, cuando hay desunión, y donde sea que hay desunión, descartamos la
posibilidad de que Dios derrame Su vida a esa congregación de personas.
4.
“Los Hermanos”
Son aquellos que tienen afinidad unos con otros, un sistema interno de valores
que compartimos en común. Nuestra labor es, a través de la predicación de la
palabra de Dios, producir un pueblo en tal unidad que Dios pueda derramar Su
vida, no sólo a estas personas, sino también a través de estas personas. Eso
nunca podrá suceder a menos que tú y yo como mensajeros de Dios cumplamos
nuestro propósito como la voz de Dios, y que nos aseguremos que lo que sea
dicho en el púlpito, lo que sea dicho en la escuela dominical, sea de un mismo
sentir, con la misma visión que Dios ha puesto en tu corazón para aquellas
personas a quienes Dios te ha llamado a ministrar. Debes producir hermanos a
través de quienes esta unidad pueda fluir. Debemos predicar y proclamar con la
consistencia del mensaje y el Espíritu, hasta que produzcamos hermanos que
tengan un sistema de valores basado en lo que ellos creen, y que produzcamos
hermanos que estén relacionados el uno al otro, porque tienen los mismos
valores, la misma visión, y el mismo deseo en la vida. Estamos construyendo,
motivando, y formándonos unos a otros. Al igual que Abraham permanecía en el
medio, en la sangre. Tú y yo somos hermanos de sangre andando en medio de la
sangre de Cristo, nuestro sacrificio divino, luchando contra los demonios que
quieren dejar sin efecto ese sacrificio al quebrantar este pacto con los
hermanos, o la Iglesia, o Dios. El luchó hasta que no pudo luchar más. Luego
aparece la presencia de Dios como una antorcha de fuego, y empieza a ir por
atrás y por adelante con Abraham en esa zanja. Los hermanos de pacto no están
solos. Tenemos la presencia divina del Dios Todopoderoso en la preservación del
sacrificio. ¡Qué bueno es cuando las personas del mismo pacto con una afinidad
juntos, creciendo bajo el mismo patrón, habitan juntos en armonía!.
5.
"habitar". La palabra es
"yashab" en el hebreo. No es descansar juntos. Esta palabra
"yosheb" tiene tres significados.
a.
Significa moldear y fundir nuestras vidas a
una. Que vengamos a ser tan unidos en este cuerpo, que nuestro trabajo en este
cuerpo sea tan importante, que todo lo demás que hagamos en la vida no tiene
importancia en comparación con ello.
b.
significa que nosotros fijamos y establecemos
nuestras vidas juntas como uno, y “establecer” significa cortar toda vía de
escape: "Yo soy un miembro de este cuerpo de creyentes, por lo tanto, yo
no voy a
permitir una vía de escape en esta
comunidad". Tú dirás, "a mí no me gusta lo que está sucediendo."
Entonces arrodíllate, díselo a Dios, porque no hay vía de escape en este pacto.
Ese principio debe ser fijado y establecido.
c.
Significa "hasta que la muerte los
separe". No hay nada que vaya a romper este pacto. Estoy hablando de esas
iglesias que van a estar aquí cuando suene la trompeta que reunirá la cosecha
de Dios. El ministerio edificado sobre las personalidades, trucos y mentiras,
nunca durará mucho tiempo: ellos muy pronto desaparecerán, si es que están
edificados sobre cualquier otra cosa que no sea la Palabra por el poder del
Espíritu de Dios. Una renovación tiene que arder en la Iglesia antes que venga
el fin. El moldear, fundir, y venir a ser uno, requiere que yo entienda que mi
parte en el reino no puede ser cumplida por nadie más que yo. Cuando nos
reunimos como uno, reconociendo a Dios como más importante que yo como
individuo, y rendimos nuestra vida totalmente sin reservas, entonces, venimos a
ser la incubadora del reino divino de Dios.
6.
"...es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la
barba de Aarón..." La palabra "barba" es "sobre el
anciano" que es el portavoz. El aceite comienza sobre la cabeza, luego
desciende sobre el "hombre de la barba". Nota que dijo la barba de
Aarón, quien era el portavoz, por supuesto, de Moisés. Y ¿quién era el profeta
Aarón? ¿Quién habló a la vida de Moisés? Era la barba de Aarón, la boca de
Aarón, el mentón de Aarón.
7.
"...baja hasta el borde de sus
vestiduras". "vestiduras" en el hebreo es "Peh", que
quiere decir "boca".
8.
"...el rocío de Hermón, que desciende
sobre los montes de Sion...".
9.
"Porque allí envía Jehová bendición, y
vida eterna". La palabra "allí" en esta cita no se refiere a un
lugar; se refiere a tiempo.
Conclusión:
No puedes tener vida en una Iglesia dividida. Tienes
muerte. Lo que pasa es que rompes el sistema inmunológico, y el diablo lo toma.
La vida es provista por cada coyuntura; esto es una parte del cartílago entre
los huesos que transforma los tuétanos de cada hueso en corpúsculos vivientes
de sangre roja, y hace que la sangre fluya a la vida del cuerpo. Y cuando nos
unimos en uno, la vida fluirá de entre nuestras coyunturas. La unidad,
"yachad" significa, "un acuerdo", el convertirse en un
cuerpo saludable - cada miembro haciendo su propia labor.
¡Cuán bueno y cuán placentero es para los hermanos habitar
juntos en unidad, porque ahí Dios envía vida eterna!
Lección 2.- La
Unidad Cristiana
Romanos 15: 4-7
Cuando la Iglesia está en unidad, entonces Dios envía su
poder. Hemos encontrado en esa unidad, la unanimidad, que significa estar en
nuestro lugar debido, funcionando en el ministerio al que Dios nos ha llamado,
cada uno de nosotros encontrando nuestro propio lugar y funcionando ahí. Esto
crea la unanimidad, y es a esa atmósfera a la que Dios envía Su vida. “...derramaré
mi Espíritu sobre toda carne...” (Joel 2: 28). Unidad no es “Ecumenismo”
religioso.
La palabra “dar” (conceder) se usa 21 veces en la Biblia, 8
de esos en el Nuevo Testamento, y siempre es de la misma palabra griega, y se
usa como una actividad de Dios.
1.
Un "mismo sentir" nunca es
producido por los esfuerzos del hombre: es un don que debe ser dado por Dios.
Tiene que ser dado por Dios como un don, este mismo sentir de Dios. Pero Él te
usa a ti y a mí como el instrumento a través del cual Él trabaja con Su
palabra. La palabra "mismo sentir" es un infinitivo que significa
"tener la misma mente", "estar de acuerdo todos juntos".
Esto es, "estimar las mismas perspectivas". Se encuentra en
Filipenses 2: 2 Él dice, "Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo
el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa". La forma imperativa
del verbo se usa en Filipenses 2: 5-8. "Haya", ése es un imperativo,
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús".
No es una sugerencia, es imperativo: "Haya esta mente".
2.
Lo que es, la
unidad. - La
unidad es moralmente correcta, intelectualmente excelente, psicológicamente
saludable, y económicamente bueno. Tú has sido encargado como ministro de Dios
con la responsabilidad de producir esto. Muchos cristianos piensan que su fe es
un sistema de opciones. Estos cristianos son llevados por una mentalidad
melindrosa en vez de ser llevados por convicciones. Esta mentalidad ha llevado
a interpretaciones falsas de muchos pasajes de la Escritura. Veamos las
palabras de Jesús, "si alguno quiere venir en pos de mí". Actualmente
se enseña, "si tomas la elección de seguirme, (y hacer esa elección es tu
privilegio), esa es tu opción"; pero un examen cuidadoso del texto y el
contexto, indica un significado muy diferente. El contexto y el tiempo del
verbo "querer" es propiamente interpretado como, "si mi Padre te
ha dado el deseo de seguirme". "Nadie puede venir al Hijo, a menos
que el Padre lo atraiga" (Paráfrasis de Juan 6: 65). Entonces la opción
una vez más está en Dios y no en el hombre.
a.
El mandato. - La unidad descrita
en Filipenses 2 es un mandato. Y la desobediencia a un mandato es pecado; y no
mantener la unidad es pecado, y nos separará del favor y de las bendiciones de
Dios. Nosotros podemos orar por un avivamiento hasta que caigamos muertos, pero
nunca vendrá hasta que obedezcamos el mandato, "haya este sentir en ti".
La unidad cristiana es un asunto serio, y no es una función de la emoción o a
la amistad: la unidad es encontrar el lugar de uno en el cuerpo. Es posible
mantener la unidad frente a todo el desacuerdo. Comprende, si Dios va a enviar
Sus bendiciones sobre nosotros, entonces debemos mantener la unidad.
Para mantener la unidad debemos entender qué es, y qué no es, cómo mantenerla,
y cómo restaurarla cuándo se ha perdido.
b.
Base de la
unidad.
- La unidad cristiana es interna,
no es un asunto externo de influencias; es un asunto interno de actitudes,
motivos, y pensamientos. Pablo dijo, "haya en vosotros esta
mente...". Basando sus enseñanzas en las palabras de Cristo, 1 Timoteo 6:
3, dice: "Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas
palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la
piedad...". El afirma que la conducta externa es una manifestación de lo
que está en el corazón (Mat. 15).
Si vamos a tener unidad en la conducta, conversación, en la comunidad y en la vida de los cristianos, debe comenzar en el lugar de los sentimientos; la mente. No puedes organizarlo. La unidad cristiana, fluye de adentro para afuera. Es posible tener una apariencia externa de unidad, pero la prueba viene cuando la apariencia es desafiada por el disturbio. Dije anteriormente que es posible mantener esa unidad, aun cuando no estamos de acuerdo. La prueba de ello estará acá misma. La unidad derivada de una misma mente, va a sobrevivir. "Una misma mente", escritural, es ambos el producto y el proceso de la unidad cristiana, y no simplemente un acuerdo. "¿Cómo podrán andar dos juntos si no estuvieren de acuerdo?" (Parafraseando Amós 3: 3). A menos que la visión de ese cuerpo sea una, no habrá unidad en ese cuerpo.
Si vamos a tener unidad en la conducta, conversación, en la comunidad y en la vida de los cristianos, debe comenzar en el lugar de los sentimientos; la mente. No puedes organizarlo. La unidad cristiana, fluye de adentro para afuera. Es posible tener una apariencia externa de unidad, pero la prueba viene cuando la apariencia es desafiada por el disturbio. Dije anteriormente que es posible mantener esa unidad, aun cuando no estamos de acuerdo. La prueba de ello estará acá misma. La unidad derivada de una misma mente, va a sobrevivir. "Una misma mente", escritural, es ambos el producto y el proceso de la unidad cristiana, y no simplemente un acuerdo. "¿Cómo podrán andar dos juntos si no estuvieren de acuerdo?" (Parafraseando Amós 3: 3). A menos que la visión de ese cuerpo sea una, no habrá unidad en ese cuerpo.
La unidad es: metas comunes
de la vida, lealtad máxima, y la más elevada devoción. La unidad de Cristo con
el Padre era interna y es el patrón objetivo de nuestra unidad.
Cristo fue ese nuevo hombre, Él fue ese hombre celestial, y a través de El fluía la vida y el ministerio. Y a medida que lo vemos, vemos lo que el ministerio de la Iglesia es. Jesucristo y el padre tenían dos naturalezas distintas, sin embargo, ellos tenían los mismos deseos, los mismos pensamientos, y la misma voluntad.
Cristo fue ese nuevo hombre, Él fue ese hombre celestial, y a través de El fluía la vida y el ministerio. Y a medida que lo vemos, vemos lo que el ministerio de la Iglesia es. Jesucristo y el padre tenían dos naturalezas distintas, sin embargo, ellos tenían los mismos deseos, los mismos pensamientos, y la misma voluntad.
Así también la armonía entre el Espíritu Santo
y el creyente producirá un comportamiento y creencias normativas, donde todos tendremos
los mismos deseos, los mismos pensamientos, y la misma voluntad, porque
tendremos la misma mente de Cristo. Entonces en verdad, venimos a ser uno.
c.
La fuente de la
unidad. - La
unidad de la Iglesia es resultado de la Comunión con la mente de Cristo, es
decir, "la mente que hubo en Cristo". Esa mente se manifestó en:
"Nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Filipenses 2: 3
-4).
Entonces, la unidad cristiana es el resultado
de la vida de Cristo siendo manifestada en la vida del creyente, a través de la
obra del Espíritu Santo. Déjame decir de esta manera: la unidad se reconoce por
la apariencia de Cristo en cada creyente, donde:
-
Sus convicciones vienen a ser nuestras
convicciones. Lo que El ama yo lo amo, lo que El odia yo lo odio; lo que El
hace yo lo haré, Lo que El rehúsa, yo rehusaré.
-
Su compasión, es nuestra; El lloró sobre los
perdidos, lloró sobre Jerusalén. Nunca debemos permitir que nuestra compasión
sobrepase a nuestra convicción, o sino simplemente nos convertiremos en una
computadora sin sentimientos. Jesucristo es un sumo sacerdote compasivo de
nuestras dolencias y debilidades, No podemos usar el púlpito sólo para golpear
a las personas, sino que tenemos que tratar con ellas con la compasión de
Cristo. Entonces será visto a través de nosotros, el carácter de Cristo: Su
convicción, Su compasión, Su conducta. Debemos andar como El anduvo, Su
santidad debe ser nuestra santidad. Debe haber lo suficiente de la conducta de
Su vida en nosotros. Este carácter tiene que ser reproducido.
-
La consistencia entre su mensaje y su vida práctica
era diaria, Él dijo, "Yo no digo nada excepto lo que oigo decir a mi
Padre, y yo no hago nada excepto lo que veo hacer a mi Padre" (Paráfrasis
de Juan 5: 19). Su consistencia fue que Él siempre se quedaba en el Padre, y
Sus acciones siempre eran las mismas. Este carácter tiene que ser reproducido
en nosotros. Esto será el producto de esa unidad, y debe ser demostrado y visto
en medio del pueblo de Dios. Cuando eso es visto, entonces los hombres ven a
Jesús. Y Dios dice que cuando lo vean a Él, se arrepentirán.
Conclusión:
La unidad cristiana es traída por este mismo sentir. Con Su mente en todos nosotros, entonces tenemos Sus pensamientos, Su deseo, y Su voluntad, de tal forma que actuamos como El, todos nosotros unánimes. La vida de Dios siempre se encuentra ahí.
La unidad cristiana es traída por este mismo sentir. Con Su mente en todos nosotros, entonces tenemos Sus pensamientos, Su deseo, y Su voluntad, de tal forma que actuamos como El, todos nosotros unánimes. La vida de Dios siempre se encuentra ahí.
Lección 3.- La
Unidad Es Identificación
(Filipenses 2:
5-6)
Introducción:
Hemos visto que la unidad es cuando cada uno de los
miembros del cuerpo de Cristo encuentra su lugar en el cuerpo y funciona ahí,
no codiciando el lugar del otro, sino más bien cumpliendo nuestra propia
función y ministrando en el Cuerpo de Cristo.
Hemos visto que esta unidad no puede
ser producida por una influencia exterior, sino que funciona de
adentro para afuera. Es la mente de Cristo en cada creyente, tener un mismo
sentir, y de acuerdo con el apóstol Pablo, él dijo que esa era la característica
de la Iglesia del libro de los Hechos. Para esto, debemos ser de una sola
mente. Esto es lo que nos ordena el Señor.
Hemos dicho anteriormente, que la unidad de Cristo con el
Padre es el patrón objetivo. Es el patrón que tenemos, es el ejemplo de nuestra
unidad unos con otros. La unidad de Cristo con el Padre fue demostrada por Su
identidad con el Padre. Esencialmente, el versículo dice, que Jesucristo es
Dios. Dios el Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo es uno, son iguales y
constituyen una igualdad eterna. También, todos los cristianos son
iguales y constituyen una identidad, el cuerpo de Cristo, el cual es tan
misterioso en su unidad, como lo es la Trinidad en Su unidad.
A. Igualdad ante los ojos de Dios. La unidad
cristiana requiere que cada cristiano sepa personalmente y confiese públicamente,
que todos los cristianos son iguales a los ojos de Dios. Ahora vamos a
tomar esto, y clavarlo en nuestra mente, cada creyente va a tener que ser
llevado a ese lugar de unanimidad. Esto es, cada uno de ellos debe ser puesto
en el lugar que le corresponde en el cuerpo de Cristo. Para poder hacer esto,
lo cual es esencialmente tu labor a través del Espíritu Santo, vas a tener que
reconocer que cada creyente es igual ante los ojos de Dios. La idea de que un
creyente es mejor que otro, fue excluida en Romanos 12. Totalmente excluida. La
idea de que un creyente es inferior a otro creyente es excluida por Ro. 13 y
14.
La unidad
cristiana se caracteriza por la identificación de todos los creyentes unos con
otros, como iguales ante los ojos de Dios, no importando si las circunstancias
parezcan contradecir esa realidad. No significa que somos iguales en los
talentos físicos, personalidad, talentos o en la habilidad mental, pero sí
significa que tenemos la misma mente. Este mismo sentir reconoce que todos los
creyentes son iguales en Dios.
B.
Alcanzando la identificación. – Recalco, la
importancia de la unidad es porque ahí envía Dios “VIDA”. Y si cumples, como
porta voz de Dios, ellos se quedarán contigo, si eres fiel en predicar,
proclamar, y traerlos a esta unidad. Si eres fiel, aquellos que no están
contigo, te dejarán, porque no eran parte de la visión. A continuación, tenemos
cuatro maneras de llevarlos a esto.
1.
Por un acto de
la voluntad.
La identificación objetiva de Cristo: Su igualdad era con el Padre a quien El
mismo declaraba que era igual. Nuestra identificación es con aquellos a los
cuales somos iguales; ésta es la identificación. Jesús fue igual al Padre por
naturaleza; nosotros somos iguales unos a otros por naturaleza. La
identificación de Cristo con el Padre hizo posible para El, el identificarse
con nosotros, porque sólo Dios podía entender nuestra dificultad y encargarse
de remediarla. Nuestra redención requería Su identificación con nosotros. La
identificación de Cristo con nosotros fue lograda cuando Él se despojó de sí
mismo. Esto fue llevado a cabo por un acto de Su propia voluntad. La forma y la
estructura de la palabra "a sí mismo" en Filipenses 2: 7, indica que
esto fue algo voluntario por parte de Cristo. Jesucristo puso sobre sí mismo la
responsabilidad de redimirnos. No había nada dentro de El mismo que necesitara redención;
El no conocía pecado. El aceptó esto como una responsabilidad moral. Este es el
significado de hebreos 2: 14-18: "Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir
por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al
diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda
la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles,
sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo
semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote
en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto
él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados".
Particularmente el versículo 17, "por lo cual debía...", es la
traducción de una palabra que significa "tener una deuda". En el caso
de Cristo fue una deuda que El asumió.
La aplicación
de esta verdad por nuestra parte es que debemos voluntariamente, por un acto de
nuestra voluntad, invitar y aceptar la igualdad, e identificarnos con aquellos
a quienes Dios nos ha llamado a ministrar. Objetivamente nuestra identidad
puede ser con grandes riquezas, gran poder, grandes talentos, gran educación,
pero subjetivamente, esto es sin condescendencia o patrocinio, debe ser igual a
todos los hombres y mujeres a los que ministremos; si no puedes hacer eso, no
tienes derecho de ser un ministro de Dios. Él es el Hijo de Dios, no el hijo de
un peruano, Él es el hijo del hombre. Esto es universal.
No importa el
color de piel o el idioma que hablamos. Y si no puedes identificarte como un
igual, entonces no tienes derecho de ser el portavoz de Dios.
Esto significa
que asumimos la responsabilidad del fracaso de otros, aunque, y a pesar del
hecho de que no somos responsables por su fracaso. Este es un paso doloroso,
porque nos expone a un mal entendido, y es el insulto más hiriente a la carne.
Es, no obstante, un paso esencial en el esfuerzo de mantener la unidad cristiana.
2.
Es invertir en
otros.
"Kenosis" se traduce por la frase "se despojó a sí mismo"
(Filipenses 2: 7); lo que en realidad significa, es "vaciarse uno
mismo." El significado básico es simple. Jesucristo dio todas Sus riquezas
en gloria, para que aquellos que no tenían riquezas, pudieran venir a ser ricos
a través de Él. Este es el significado de Pablo en 2 Corintios 8: 9:
"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos".
"Kenosis" depositó todo lo que Él era
en la cuenta de aquellos cuya deuda El determinó redimir. En nuestra
"kenosis", nos despojamos de nosotros mismos, de los bienes
imaginarios que nos separan de aquellos a los cuales Dios nos ha llamado a
ministrar. En Su "kenosis", Jesús entregó bienes reales, para
asegurar la redención de un indigno como yo. Ahora, en nuestra
"kenosis", damos ventajas percibidas para que podamos satisfacer las
necesidades reales de otros; ése es el significado de Santiago, sin
"acepción de personas". Cuando tú y yo dejamos de hacer
"acepción de personas", entonces estamos preparados para vivir una
vida de redención.
3.
Es sumergirse
en las necesidades de otros. Jesucristo, cuya naturaleza lo hizo igual a
Dios, llevó sobre sí mismo, como un acto de Su propia voluntad, la forma, la
manifestación externa y la identificación con un siervo cuando El vino y se
humilló para salvarnos; sin embargo, en nuestro orgullo no dejamos nuestros
bienes imaginarios, para poder identificarnos con la gente que a veces pensamos
son inferiores a nosotros. Nunca habrá un avivamiento en tales circunstancias
de orgullo.
La palabra "siervo" es una traducción
de la palabra "doulous" y significa "siervo para siempre",
"siervo voluntario". Fue como una obligación de Su decisión de
despojarse a sí mismo, que ese Jesús, "como una deuda", vino a ser un
"doulous". La "kenosis" requiere y resulta en
"doulous", o sea, un siervo para siempre. Jesucristo se despojó de la
comunicación de Sus riquezas, de su presencia en el tercer cielo con el Padre,
y se limitó a nuestro tiempo y espacio. El dejar el poder y la omnisciencia de
la deidad para aquellos que el Padre amó, fue logrado cuando vino a ser un
siervo. El entregó todas estas cosas, pero Jesús no las perdió; Él las
multiplicó para el beneficio de otros.
En esta manera
vamos a comunicar las riquezas de Cristo a aquellos que Dios ama, viniendo a
ser siervos suyos, y entregando nuestras vidas para poder multiplicar aquella
vida en otros.
A esto es a lo
que Dios nos ha llamado. Esta es la lección de los cinco panes y los dos peces
en Juan 6: 1-14. Es cuando tenemos esa naturaleza de un niño de dar todo lo que
tenemos a Jesús,
que nuestra
insuficiencia es multiplicada para alimentar a muchos. Es una cosa hacer algo
por elección, y otra cosa hacer algo por obligación. Muchos van a servir a los
demás”, mientras es entendido que su servicio es una opción de su propia voluntad,
pero cuando es obligatorio, empiezan a rebelarse.
Jesucristo
logró la humildad máxima, aceptando como una obligación aquello por lo cual no
era responsable. "Al que no conoció pecado, por nosotros se hizo pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios, en él" (2 Corintios 5:
21). Este es uno de los puntos cardinales de la unidad cristiana, la aceptación
como obligación de las consecuencias del fracaso de otros, a pesar de que no
tenemos ninguna responsabilidad personal por ese fracaso. La unidad cristiana
se obtiene inicialmente al darnos voluntariamente a otros como sus siervos, y
finalmente como responsabilidad de dar involuntariamente, sirviéndoles
permanentemente como esclavo siervos. Aquí es en donde el hombre carnal muere.
4.
Es la imitación
del hombre.
Para Dios, el ver a los ángeles, es un acto de humildad. Salmos 113: 3,
"Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de
JEHOVA". Los ángeles son más altos en el orden de la creación que el
hombre; sin embargo, cuando Cristo fue encarnado, Él no tomó la forma de un
ángel, Él tomó la forma de un hombre. Ahora, la imitación de Cristo, no fue
copiar los pecados del hombre, sino andar por los caminos en que ellos andaban,
y mostrándoles cómo quería el Padre que vivieran. Esto es lo que quiere decir
Pablo, en 1 Corintios 9: 19-23, "Por locual, siendo libre de todos, me he
hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como
judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no
esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos
a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo
sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin
ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he
hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa
del evangelio, para hacerme copartícipe de él".
Esta no es la
declaración secular cínica, de "cuando estés en Roma, haz como los
romanos"; es la identificación por imitación de esperanzas, temores,
debilidades, y circunstancias de otros, para que tengas la oportunidad de
ministrarles a ellos. En otras palabras, estamos en este mundo, no somos de
este mundo. No somos superhombres, es lo que Pablo está diciendo. "Yo sé
lo que es ser lo que ustedes son. Yo sufro toda tentación. Paso por todo, yo sé
lo que es estar ahí, pero sé también lo que es estar en Cristo". ¿Qué está
diciendo? Es estar entre ellos, no ser parte de ellos; pero, aun así, ellos
saben que es algo que está dentro de ti que te da esa habilidad.
Conclusión:
Sin identificación, el creyente puede ejercer un concepto secular, pero nunca experimentará el servicio dinámico de la verdadera unidad cristiana. Es sólo cuando nos identificamos con El, que lo lograremos. Pablo dijo, "yo anduve por esta tierra como hombre. No soy Dios. Yo venzo al pecado por la vida de Aquél que está en mí. Soy tentado como ustedes. Aún tengo que afrontar al diablo cada día. Pero al nacer de Dios, yo puedo vencer. Puedo identificarme con ustedes en las pruebas y dificultades de la vida, y puedo estar de pie en medio de ustedes, identificándome con ustedes, pero sin embargo soy vencedor en esta vida". La identificación es la unidad cristiana.
Sin identificación, el creyente puede ejercer un concepto secular, pero nunca experimentará el servicio dinámico de la verdadera unidad cristiana. Es sólo cuando nos identificamos con El, que lo lograremos. Pablo dijo, "yo anduve por esta tierra como hombre. No soy Dios. Yo venzo al pecado por la vida de Aquél que está en mí. Soy tentado como ustedes. Aún tengo que afrontar al diablo cada día. Pero al nacer de Dios, yo puedo vencer. Puedo identificarme con ustedes en las pruebas y dificultades de la vida, y puedo estar de pie en medio de ustedes, identificándome con ustedes, pero sin embargo soy vencedor en esta vida". La identificación es la unidad cristiana.
Lección 4.- Quedaos
Hasta
En Lucas 24: 49
Introducción
La unidad significa un acuerdo; la palabra hebrea
"yachad" significa "venir a ser uno". Como un cuerpo
saludable que tiene a todos sus miembros haciendo el trabajo correcto.
Entonces, ¡cuán bueno, cuán correcto moralmente, es cuando la gente del pacto
está unida, cada uno en su lugar correcto, funcionando en su capacidad máxima!
No codicies el puesto del pastor, no codicies el puesto de
tu vecino. Dile, "no quiero tu puesto, tengo mi propio puesto". No
necesito envidiar a nadie, no necesito cantar como alguien, tengo mi propio
ministerio, tengo mi propia silla en donde sentarme. Nadie puede ocupar tu
asiento. Necesitamos dejar esta falsa humildad que dice, "que el hermano
tal y tal lo haga, él es mejor que yo". Dios no lo llamó para hacer tu
trabajo. Cuando tú estás fuera de lugar, entonces arruinas toda la química,
arruinas las coyunturas. Las coyunturas deben estar en el lugar correcto, si es
que van a producir sangre viva que fluye.
Dios te ha dado un puesto, de tal manera que el Espíritu
Santo te necesita en tu lugar antes que el aceite pueda fluir, el rocío pueda
caer, y el estruendo pueda venir del cielo.
Jesús dijo en Lucas 24: 49, "...quedaos...hasta..."
La palabra "quedarse" significa "sentarse". Lucas 4: 20,
"Y enrollando el libro...se sentó". Ahora Él está sentado a la
diestra del Padre. Jesús les dijo a esos discípulos confusos, "quédense
hasta que encuentren el asiento o lugar correcto en este reino para que yo
pueda abrir los cielos". "Sentarse" significa que simplemente
encontramos nuestro lugar en el cuerpo, que no estemos tratando de tomar el
lugar del otro, sino que simplemente encontramos nuestro lugar.
Así como en la universidad el rector tiene un sillón que le
corresponde, aunque pueda estar en otro lugar, también Jesús está sentado a la
diestra del Padre. Y otra vez, esto viene a ser nuestra responsabilidad, los
que hemos sido llamados a ser el "portavoz" de este cuerpo, el asegurarnos
que cada oveja y que cada hermano, encuentre su lugar.
¿Qué estaban haciendo durante 10 días mientras esperaban
este poder? Estaban buscando sus lugares correctos en el reino de Dios. Jesús
estaba diciendo "Tengan un pacto, que tu hermano se ponga en su lugar, tú
ponte en tu lugar, y todos juntos formen mi cuerpo de tal manera que todos
puedan cumplir su propia función al máximo"; entonces, y sólo entonces,
oirás un estruendo del cielo.
Hechos 2: 1-4 dice: "...estaban todos unánimes
juntos". ¿Qué es "unánimes"? Es la palabra "yachad",
habitar juntos en unidad, es venir a ser uno. ¿Qué es unidad? Unidad es todos
en un cuerpo, en sus lugares correctos. En el momento en que estemos listos, el
fuego caerá, el aceite fluirá, y el rocío descenderá del cielo.
A.
¿Qué es la
Iglesia?
1.
Es la novia de
Cristo.
Cuando la novia está en unidad, cada miembro funcionando en su lugar, entonces
Dios derrama Su vida a Su iglesia. Cuando Dios habla a Su iglesia, primero pone
el mensaje dentro de Su enviado. El aceite viene primero sobre la cabeza del
"Anciano" de Dios, ese "portavoz". Todos dicen, "Este
es mi lugar y mi ministerio; aquí estoy, pastor, no se preocupe por mis
diezmos, estarán acá cada domingo, no se preocupe por mi cuerpo, estará en esa
banca, no se preocupe por el piso, estará barrido, no se preocupe por el
equipo, estará prendido, no se preocupe por la movilidad, yo me encargaré de
esto, no se preocupe por nada, sólo tome su lugar, sueñe su sueño, y yo estaré
en mi lugar". Cuando tomamos nuestro lugar, vendrá la bendición, porque
Dios dice, "porque allí envía Jehová bendición".
Él va a señalar a tu iglesia y va a decir,
"vida para esa casa, vida para esa casa". La vida viene por mandato.
No es algo arbitrario. Dios llama aquellas cosas que no son como si fueran.
2.
¿Dónde empieza
el óleo de la unción? Empieza en la cabeza. La palabra hebrea es
"rosh", la palabra griega "anciano," "episcopado"
u "obispo". La unción del Espíritu Santo no empieza en un comité.
¿Eres llamado a ser la cabeza, la voz? Moisés era la cabeza de la iglesia del
Antiguo Testamento. Aarón era el portavoz. Jesús es la cabeza de la iglesia del
Nuevo Testamento, Él es nuestra cabeza.
El óleo viene del Padre - La palabra
"desciende" viene de la palabra griega "yarad", Y es la
palabra "Jordán". Como el río Jordán siempre desciende, la unción
siempre desciende. Esto tiene que ser una realidad en ti. Los oficios se
levantan por la fuente de la unción. El aceite desciende de la cabeza que es
Jesús, a la barba, la barba de Aarón, quienes somos nosotros.
3.
¿Quién era
Aarón?
Él era el ministro; el portavoz de Moisés.
El maná caerá el aceite fluirá siempre que
habitemos juntos en armonía. Eso quiere decir que tú, como el portavoz de Dios,
edifiques cada miembro en ese cuerpo. Trayéndolos, mostrándoles que hay un
lugar para ellos, y que no hay ningún lugar tan importante como el de ellos. No
importa cuán insignificante parezca, debe estar en su lugar para que el cuerpo
funcione, y para que Dios envíe Su vida. Para que esto suceda, debemos estar
unidos con un acuerdo, debemos encontrar nuestro lugar en este Reino; no
podemos usurpar el lugar de otros, debemos encontrar nuestro lugar en este
Reino, debemos funcionar en ese lugar. Y cuando Dios vea a ese cuerpo de creyentes,
unánimes, ahí El enviará Su vida.
Pero ese creyente allá afuera, no importa qué ministerio tenga, debe entender que su lugar en el cuerpo de Cristo es tan importante como el tuyo; él debe saber esto. Porque a menos que él esté en su lugar, tú no podrás funcionar; y si tú, como el hombre de la barba, el portavoz de la cabeza que es Jesucristo, no puedes funcionar, entonces el aceite no puede descender sobre ti; y si no desciende ni fluye a través tuyo al cuerpo, entonces sólo somos otra sociedad de debate religioso. Edifica en ese pacto hasta que la muerte te separe de él, todos juntos en un compromiso total, para que tú y yo podamos venir a ser en verdad, la incubadora del reino de Dios.
Conclusión:
Debemos renovar la Iglesia, debemos tener un
avivamiento de la presencia de Dios, y la clave
para esa presencia es traer a ese cuerpo de vuelta a la unanimidad, una mente.
Y la clave para que esto suceda eres tú, entonces debes ver lo que es la unidad
y cómo es que debe ser traída; no sólo debes saberlo con tu cabeza: esa unidad
debe nacer en ti, de tal forma que la reproduzcas en donde Dios te ponga.